Fort se agarró con Rinaldi

* Mientras el millonario sostenía cándidamente que los miembros del jurado de Bailando no debían interactuar entre ellos mismos en pos de no generar escándalos como el de esta semana, el “intruso” trató de explicarle, en vano, cómo son en realidad las reglas del juego.
* Ofendido porque no le daban la razón, el empresario del cacao ninguneó a Rinaldi y luego amenazó con retirarse del ciclo conducido por Jorge Rial, pero no lo hizo.


El escándalo generado esta semana por la agarrada entre Graciela Alfano y Aníbal Pachano no sólo desbordó a los protagonistas de la historia, sino que además, el odio que parece existir entre la rubia y el ex “Botton Tap” salpica mala onda como si fuera algún tipo de maldición ancestral.

La cuestión es que luego de tanta polémica y tanto llanto y sopapos, el video con el que Ideas del Sur oficializa la trifulca entre Alfano y Pachano no muestra un solo cuadro de agresión física por parte del Director Artístico hacia la mujer.

Luego de un largo rato de polémica y monólogo, Graciela Alfano dejó hablar a Ricardo Fort, quien también se encontraba en el piso.

Indignado por el mal desempeño del jurado del Bailando al pelearse entre ellos mismos, el empresario defendió con uñas y dientes un sistema que, de llevarse a la práctica, terminaría con la desaparición lisa y llana del certamen conducido por Marcelo Tinelli, en donde gran parte del rating es generado gracias estas reyertas.

Según Fort, los miembros del jurado no deberían interactuar entre sí mismos, cosa que anularía por completo el atractivo del programa: el escándalo.

Advertida la inocencia con la que el chocolatero exponía su “visión” de las cosas, Daniel Rinaldi trató de señalarle el error a Richard, quien como siempre, no pudo soportar que alguien lo contradiga, ninguneando al “intruso” con frases como: “No me interesa lo que vos digas”.

Luego de aquello, Fort amagó con retirarse del programa, cosa que nadie trató de impedir. Después de volverse a sentar en su lugar, el millonario se trenzó Daniel Ambrosino, quien sabe por qué motivo.

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