Mirtha Legrand celebra su junto a Diario Show

Mirtha Legrand celebra su cumpleaños y lo celebró junto a Diario Show. En un mano a mano imperdible, la diva de los almuerzos nos recibió en su emblemático departamento de Figueroa Alcorta.


Por Ricardo Filighera
rfilighera@cronica.com.ar
Aunque sea de vacaciones, su actividad y agenda no cesan nunca. Hoy cumple años y lo celebra en su emblemático departamento de Figueroa Alcorta, acompañada de todos sus afectos. Ella forma parte de una estirpe que comprende la etapa de oro del cine nacional con proyección latinoamericana y, desde hace 40 años, en un acontecer de éxitos, popularidad y testimonio, a través de sus clásicos almuerzos, en nuestra tevé. Próximamente retornará a El Trece, luego de su paso por América. En esta oportunidad, las expectativas son grandes ya que ocupará una pantalla caliente en rating y polémicas.

La charla entre Mirtha Legrand –porque de la gran diva estamos hablando– y DiarioShow se desarrolló en el lobby de un lujoso hotel de Mar del Plata, última etapa del descanso de la estrella. Una enorme araña de luces invita, con su enorme estructura, a internarnos en ese universo que roza lo aristocrático aunque no deja de permitirnos el eventual vínculo popular. Las alfombras, de pura lana, y una enorme fuente que parece que nos va a empapar, pero queda en el intento y renueva la energía del lugar. El gran ventanal impone, por su parte, el esplendor de un balneario fastuoso.

Mirtha nos invita a degustar un té y su complemento de variedades dulces. La diva mira el mar y no cesa en la mirada. Encuentra una conexión que trataremos de descifrar. En principio, le preguntamos, inevitablemente, sobre su cumpleaños. Nos contesta de la siguiente manera:

-Nos encuentra con mucha felicidad. Gracias a Dios, estoy bien de salud y voy a retornar en un canal importante como es el 13. Realmente me encuentro muy bien y espero que las cosas se den como esperamos.

-Mirtha, en Villa Cañás anidan algunos de tus mejores afectos. Siempre están ahí, muy presentes. 
-Villa Cañás siempre viene a mi memoria de una manera muy fuerte, así como mis padres, mis hermanos, los colegios, mis amigos. Todo se ha completado en la vida, gracias al esfuerzo personal y a una estrella que he tenido. Soy, no tengo dudas, una mujer de mucha suerte.

-¿Puede hacer alguna evocación en especial? 
-Con mi hermana Goldi (Silvia) íbamos a jugar a la plaza. Allí nos reuníamos con compañeros del colegio y con amigos. A esto tenemos que sumarle el negocio de mi padre. Toda esa pintura pueblerina que es tan grata y nos trae momentos inolvidables...

-Los registros de la memoria son emotivos. 
-Por supuesto, y me resulta imposible no enumerarlos. La primera comunión en la iglesia del pueblo fue dada por monseñor Cagiano.

-Mirtha, ¿cómo eran sus padres? 
-Eran maravillosos y nos adoraban por igual a Goldi, a José y a mí. Venían a Buenos Aires, nos compraban ropa y juguetes. Como ustedes verán, mi coquetería con la ropa arranca desde ese entonces.

-¿Con qué hecho puntual se hizo presente la carrera artística? 
-Fui Miss Carnaval de la Avenida de Mayo. Lucí un vestido que había confeccionado mi madre, muy bien bordado.

-¿Y cómo se generó la posibilidad de vincularse con el cine? 
-Mi madre nos inscribió en un concurso que llevaba a cabo Chas de Cruz, periodista muy importante de la época de oro de nuestro cine. Se iba a filmar una película, “Los martes orquídeas”, y nuestro representante nos vinculó con la producción.

-¿Qué pasó luego? 
-Fuimos hasta la empresa Lumiton y nos hicieron una prueba. La película se estrenó en el Broadway. Desde casa hasta el cine fuimos en el tranvía; en cambio, para regresar, nos llevaron en un Cadillac. Realmente la experiencia de esa noche fue inolvidable.

-Me interesa citarle una película, “El espejo” de Francis Mujica, que tempranamente, en 1946, marcó un antes y después en su carrera. 
-Es verdad. Una historia de fuerte contenido dramático donde tuve la posibilidad de compartir protagonismo con Roberto Airaldi.

-¿Qué nos puede decir de “Claro de luna”, de Luis César Amadori? 
-En este filme trabajé con mi hermana Goldi. Yo era pobre y realizaba ingentes esfuerzos para que mi hermana se convirtiera en una gran concertista de piano. Yo interpretaba, precisamente, “Claro de luna” de Debussy, circunstancia que alude al título del filme. Recuerdo que la filmamos en 28 jornadas. Se rodaba de día y de noche. Luego vinieron títulos como “La pequeña señora de Pérez”, “La casta Susana”, “La vendedora de fantasías”. De las casi cuarenta películas que hice, tengo pocos fracasos.

-Con Daniel Tinayre usted inició una gran pasión y una sociedad artística inmejorable. 
-A Daniel lo conocí cuando estaba haciendo una película que se llamaba “Cinco besos”. Daniel vino a ver la filmación porque era amigo del director, a brindar con él, horas antes de Navidad. En ese momento nos conocimos.

-¿Qué obsequio le hizo, casi al instante? 
-Al llegar a casa me encontré con un hermoso ramo de flores con una preciosa dedicatoria.

-¿Cómo siguió la historia? 
-Nos pusimos de novios, me comprometí el 23 de febrero, que es la fecha de mi cumpleaños, y nos casamos el 18 de mayo.

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