“NO ME MOLESTA LO QUE OPINEN, SINO LOS INSULTOS”

Volvió Ricardo Fort y no sólo hablo de su salida y retorno a Showmatch. En una extensa entrevista desnudó su personalidad y hasta se quebró en cámara cuando le tocó hablar de su intimidad. También peleó con Silvina EscuderoEl Trece lideró la tarde con un pico de 13.2 puntos de rating.


“A mi no me molesta que a los periodistas les guste o no les guste lo que hace Ricardo Fort. Lo que me molesta son los insultos y los agravios que usan todos los días los panelistas y periodistas de los programas”, arrancó diciendo en Bailando 2010, el debate, el programa de José María Listorti yDenise Dumas que va los sábados por El Trece.

 “Tengo cientos de personas que vienen todos los días al teatro a verme. Les encanta como canto, les encanta como hablo. Me emocionan”, dijo respecto a como considera que lo ve la gente, mientras que sobre su carrera meteórica sostuvo “me parece que en un año que estoy en todo esto, es demasiado. Es admirable.”
Además, se defendió argumentando “Yo no hablo de dinero. En el principio de esta mediatez todo el mundo me preguntaba cuando costaban mis cosas. Me pudrí de esas preguntas. Yo jamás hablé de plata”, aseguró, y sostuvo “El rating lo doy por la personalidad que tengo yo, por el carisma, por como canto…”
Cuando lo compararon con otros fenómenos mediáticos, el se defendió con que lo suyo no es pasajero: “Soy productor, cantante, actor. Yo canto, estoy grabando un disco.”
A su turno, Fort recalcó que lo que le molesta no es estar en boca de todos, sino como está: “No me molesta que se metan en mi vida. Lo que hago en mi cama es cosa mía, lo que me molestan son los agravios. Que digan que soy gay o no soy gay, me cago de risa. Ya es historia vieja.”
Por eso, le aseguró a los panelistas: “Me importa tres carazos que opinan cada uno de ustedes”, y justificó su frase diciendo que “si les gusta o no les gusta, es problema de ustedes. Ahora, que me insulten no me lo banco.”

 Y retrucó: “Ustedes hablan basuras de Ricardo Fort las 24 horas.”
 La conversación siguió en torno a su vida hasta que llegó Silvina Escudero. En ese momento el chocolatero dijo que “con esa persona acá yo me voy”, y cumplió su palabra. 
Se levantó y se retiró, pero después volvió cuando la que se retiró fue Silvina, y comenzó a hablar del Ricardo que nadie conoce: “soy un tipo sensible”, tiró.
“Tuve un padre ausente, que nunca me dio amor, no me dio el amor que yo necesitaba. El se iba a las 8 de la mañana y volvía a las 10 de la noche. Por eso lo traje a Felipe (su hijo) hoy para estar conmigo”, dijo quebrado y con lágrimas en los ojos.
“Los veo grandes. Hablan de cosas o dicen cosas, y me digo me estoy perdiendo todo esto. Tampoco se lo que sienten ellos o lo que ven en televisión”, dijo respecto a sus mellizos, y aclaró que para que no sufran lo que él pasó en carne propia, “me encargo de decirles todo el tiempo que los quiero. Y me ocupo de abrazarlos, de darles besos y todo eso. Pero no se si eso es suficiente.”
Cuando le preguntaron si hay algo que quisiera decirle a su padre, dijo “le preguntaría si finalmente está orgulloso de mi”, y piensa que le diría “bien, bien. Y me pegaría una palmadita en la espalda.”
Por eso dice ocuparse de tener otro tipo de relación con sus hijos: “No es cuestión de bajar un cambio, sino de darme cuenta de lo que hago. En mi viaje anterior lleve solo a Felipe para compartir más con él de padre e hijo.”
Y confesó que cada cosa que hace la charla con ellos. “Les pregunto si les gustó, si estuve bien”,confesó buscando la aprobación de las dos personas que, según demuestra, son las más importantes de su vida.
Volvió a quebrarse al hablar de ellos, pero de cara al futuro sostuvo: “Los veo grandes. A Marta la veo hecha una diosa y a Felipe un playboy”, dijo, y con los ojos llorosos, reconoció que para con ellos“quiero una relación de amistad, no solo de padre a hijo.”

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