"VOY A SER PRODUCTOR TODA MI VIDA"

Teté Coustarot charló con Javier Faroni para el Semanario Democracia dónde habló sobre sus inicios, su inquebrantable amistad con “Carlín” Calvo y acerca de sus exitosos espectáculos en Buenos Aires y Mar del Plata.Imperdible.


Ser productor teatral no es nada sencillo. Y menos en un país donde la sociedad es muy teatrera y muy selectiva a la hora de elegir una obra. Los productores, directores, actores y todo el equipo se esfuerzan durante mucho tiempo para generar un buen producto sin siquiera saber si están construyendo el camino del éxito. Como consecuencia de ello, muchos fracasan al momento de estrenar su espectáculo. Pero no todos. Y un claro ejemplo de ello es Javier Faroni, quien habló conTeté Coustarot para el Semanario Democracia.
–Me encanta encontrarte tranquilo. Los productores siempre están a mil por hora y con muy poco tiempo libre.
–Tengo una vida muy ajetreada. Llego a la oficina a las 10.30 y es el único momento tranquilo del día, porque al mediodía comienzan a llegar los chicos de producción y se vuelve todo un caos.
–Me imagino que estás tapado de trabajo por todas las obras que tenés en cartel actualmente, y además vas a estar muy ocupado en el verano por la temporada en Mar del Plata.
–Lo que pasa es que la gente siempre piensa que en el verano es cuando el productor tiene el trabajo más caótico, pero no es tan así. Principalmente en octubre y noviembre, cuando se junta lo que se está produciendo en Buenos Aires con lo que estamos preproduciendo para la temporada en Mar del Plata, nos encontramos con el mayor problema.
–Para esta temporada veraniega, ¿cuántas obras vas a producir?
–En Mar del Plata voy a producir ocho espectáculos y en Buenos Aires dos más. Así que en total voy a producir diez obras y espero que sean un éxito detrás de otro.
–¿Naciste en Mar del Plata?
–No, nací en Córdoba, en un pueblito que se llama General Roca.
–¿Por qué te fuiste a vivir a Mar del Plata?
–Porque mis padres se fueron a trabajar a la Ciudad Feliz cuando yo tenía 11 años.
–Convertirte en un productor prolífico y exitoso, ¿fue algo que planificaste?
–Nunca organicé el hecho de llegar a ser lo que la gente cree que soy. En realidad soy un productor de teatro que produce mucho. Lo que me marcó fue cuando, a los 12 años, me encontré con Carlín Calvo.
–¿Cómo fue ese encuentro?
–Estaba en la rambla de Mar del Plata con mi abuela, con quien habíamos llegado recién de Roca, y nos encontramos con Carlín, en la época en que hacía la telenovela llamada “El Rafa”. Como mi abuela es muy cholula, lo fuimos a saludar.
–¿Y qué surgió en esa charla?
–Le pedí unas entradas para ver la obra “Pijamas”, que estaba protagonizando en ese momento. Y Carlín nos dijo: “Bueno, a la noche vengan que yo los invito”. A la hora indicada por él fuimos al teatro y le dije al boletero que quería ver la obra desde atrás, sin saber lo que era ese “atrás”, porque nunca había estado. El boletero me dijo que era imposible, y en un momento le dije que era amigo de Calvo. Fueron a buscarlo y fue él quien les dio la orden de que me dejaran ver el espectáculo desde atrás. Finalmente mi abuela fue a ver la obra desde la platea y yo entre bambalinas.
–¿Ese fue el puntapié para meterte en el teatro?
–Sí, como me gustó mucho eso, pedí a todo el mundo si podía volver, y volví. Al tercer día me mandaban a comprar gaseosas, al cuarto unos cigarrillos, al quinto que les controlara la gente y finalmente pasé a ser el famoso “che, pibe” de la compañía, en la que se encontraban Silvia Montanari, Alberto de Mendoza, Zulma Fayad, entre otros. Solo me quedaba a la primera función, que terminaba a las 21.30, porque, con 12 años de edad, me mandaban a casa. En verano hacía eso y en invierno iba al colegio con miedo porque no quería perder el contacto que había hecho con los actores. Y como me gustaba mucho estar atrás, viendo todo el trabajo de producción que se hacía, sabía que tenía que encontrar algo para hacer y que me tuvieran en cuenta por ello. Entonces lo que pensé fue hacerme amigo de los boleteros de las demás salas, y me pase todo el invierno tomando cafés y saliendo con ellos. Así que en el verano mis amigos me pasaban las cifras de lo que metían las otras obras. En el teatro es más importante lo que mete otro que lo que convoca uno mismo, y gracias a eso pasé a ser importante, porque en esa época era prácticamente imposible saber esa información por la cantidad de productores que había. Por eso cuando terminaba la primera función ya tenía toda la información de lo que había vendido el resto de las salas. Era una especie de asistente de producción a esa altura. Cuando cumplí los 15 años conocí al productor Daniel Mañas, que me ofreció trabajar con él en su obra en Buenos Aires llamada “Tango-Tango”, en el teatro Lola Membrives. Vi la oportunidad de trabajar como productor ejecutivo a los 16 años de edad y me tiré de cabeza. 

–Contame un poco de las obras que tenés en cartel en Buenos Aires y Mar del Plata.
–En Mar del Plata está la obra “Sorpresas”, con Carmen Barbieri y Moria Casán; estoy por estrenar “Sé infiel y no mires con quién”, con Fabián Giannola y Nicolás Scarpino; en cartel ya está “Vale todo”, con Enrique Pinti, Florencia Peña y Diego Ramos; “La casa de Bernarda Alba” con la dirección de José María Muscari; “Cuando florece el corazón”, con Virginia Lago; la revista “Brillantísima”, también con Carmen y Moria, y muchas obras más.
–¿Tenés alguna asignatura pendiente por cumplir de cara al futuro?
–Solo puedo decir que lo único que no voy a poder cumplir va a ser trabajar con Sandrini, que fue mi ídolo. Pero es un tema más generacional. Por otro lado siempre pido poder seguir produciendo toda la vida, pero eso no quita que pueda hacer otra cosa.

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