MIRTHA LEGRAND La diva en el ojo de una tormenta política y económica

El viernes será la última emisión de los “almuerzos”, que cumplen 42 años en la televisión. América todavía no le renovó el contrato y todo hace pensar en una salida por la puerta de atrás. La reemplazará Rial.

Por Diego Grillo Trubba


Es probable que aquel 3 de junio de 1968 en que debutó con Almorzando con las estrellas, a pedido de Alejandro Romay, esa Mirtha Legrand no sospechara que se transformaría en el ciclo más prolongado de la historia de la televisión argentina. Es posible que no imaginase que iba a llegar al aire hasta el año 2011 y que, con casi 84 años cumplidos –los festejará el próximo 23–, se iba a transformar en la persona más longeva del mundo en tener un programa diario. Es casi seguro, también, que no se le haya pasado por la cabeza que su programa tendría un final tan imprevisto como traumático, en medio de un clima denso, lleno de claroscuros.
Porque la noticia es ésa: en el momento en que se escribe esto, todo indica que el del próximo viernes 18, desde Mar del Plata, será el último almuerzo de Mirtha Legrand.
Un 2010 para no recordar. El último no fue un año sencillo para ella. Ya en el verano, un grupo de jóvenes militantes –supuestamente oficialistas– le había arrojado objetos cuando ella salió a la terraza del Costa Galana a saludar a los veraneantes curiosos. Hubo un entredicho con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández –él la calificó de “inculta, maleducada, ignorante, tiene mala fe y además es obsecuente con los dueños de su canal” y ella le respondió con un “conmigo no van a poder”–, y luego comenzó lo que podría calificarse como la larga marcha de artistas que adhieren al oficialismo que anunciaron que no asistirían más a su programa (ver infografía); ese mismo al que habían ido, por ejemplo, a lo largo de toda la década menemista.
En su programa, un presidente riojano se permitió hacer una danza árabe al aire. También despertó el interés del matrimonio Kirchner: a poco de asumir Néstor la invitaron a El Calafate y se produjo la hoy antológica pregunta acerca de si se venía el zurdaje. El idilio duró poco, y la diva se distanció del kirchnerismo. Esa postura, además de las bravatas del jefe de Gabinete, las gastadas en todos los programas producidos por PPT y el despecho de estrellas, por lo general desempleadas en la televisión, tuvo un costo que 2010 dejó claro: su ciclo en mayo tuvo 5,11 puntos de rating promedio –en ese mes América hizo 5,5– y luego comenzó a descender hasta los 3,2 puntos de enero –mes en el que América hizo 3,3– (ver infografía).
Mirtha Legrand finalizó golpeada 2010, luego de enfrentarse sola al Gobierno. Y el público no la acompañó como antes. Todo indica que el canal que la tiene hoy como estrella tampoco la sostendrá.
El final menos esperado. El 21 de febrero, cuando Legrand comience sus vacaciones que se tomará en Buenos Aires, Jorge Rial ocupará la franja horaria con su Intrusos. Y, pese a que desde el canal insisten en que resulta usual que la diva no haya firmado aún su contrato, lo cierto es que el trío compuesto por Francisco de Narvéz, José Luis Manzano y la actual pareja de Pamela David, Daniel Vila, habrían decidido terminar con los almuerzos –aunque siempre tuvieron un trato amable e incluso le facilitaron avión privado más de una vez– y ofrecerle un formato semanal. En su lugar, Jorge Rial se quedará con el horario de “la señora”, lo que puede ayudarlo con el rating, y seguiría Los unos y los otros. La idea de los dueños de América es que Mirtha, igual que Susana Giménez, vaya sólo una vez por semana, pero los sábados.
Al mismo tiempo, distintas fuentes no oficiales comenzaron a hacer circular el rumor de que debido a la baja del rating, Almorzando... dejó de ser un negocio y que se presentaría un conflicto con la nueva Ley de Medios por la cantidad de publicidad no tradicional –es decir, los “chivos”– que la actriz presenta en pantalla y no comparte con la emisora. La caída del rating, si bien real, no es distinta a la de otros programas de América. El argumento de los “chivos” resulta al menos incompleto, ya que el canal habría aceptado el acuerdo al que habrían llegado con el Gobierno de la provincia de Buenos Aires : dado que se trata de un producto costoso por los traslados y alojamiento de ella y del cuerpo técnico; la misma gobernación de la Provincia y la intendencia de Mar del Plata, interesadas en que Legrand estuviese presente en la temporada, se habrían ocupado de conseguir y proveer los esponsoreos que se precisaban para que Almorzando... se concretara como se concretó.
A todo esto, las versiones circulan, mientras el gerente de programación, Mario Cella, se encuentra de vacaciones –regresará el próximo viernes–. Y, por si fuera poco, el levantamiento del programa más tradicional se da en un año electoral propicio para esa mujer a la que el oficialista Felipe Pigna definió como “una anfitriona; es difícil invitar gente y que se sienta a gusto y, a la vez, que sepa que en cualquier momento viene ‘la pregunta incorrecta’; hay que saber hacerlo, se requiere mucho oficio; a esta altura, ejerce el periodismo muy bien”. Parece que la forma en que ejerce el periodismo o la “pregunta incorrecta”, no gusta más.
El futuro abre varias posibilidades. Por un lado, está la oferta de América para hacer una cena los sábados –con lo cual debería competir contra la cena de Nicolás Repetto en Telefe–. Por el otro, las reiteradas ofertas de Adrián Suar para que hiciera participaciones en sus ficciones. Y también, la de Lino Patalano, quien le dijo al aire en pleno almuerzo que para ella siempre estaban abiertas las puertas del teatro Maipo para que hiciera lo que desease.
Envío semanal, actriz invitada en televisión, regreso al teatro o retiro son hoy las opciones. Mañana, Legrand asistirá a una cena de gala en el Hospital Materno Infantil de Mar del Plata, donde tendrá una última negociación con Francisco de Narváez. Todo indica que la decisión ya está tomada: tras 42 años de su ciclo, el canal la hará salir por la puerta de atrás.
Los que no fueron nunca
En medio de la avalancha de artistas arrepentidos, hay algo que podría pasarse por alto. A diferencia de ellos, hay otros artistas que por elección jamás se sentaron a la mesa de Almorzando con Mirtha Legrand. Uno de ellos es el actor Miguel Angel Solá, que hoy reside en España. En el listado debe incluirse también a los integrantes de un dúo hoy ya disuelto: Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese. Por el lado femenino, la actriz y gremialista Ana Celentano se negó a acompañar al resto del elenco de Las viudas de los jueves cuando fueron a promocionar la película incluso con Juana Viale, su nieta. Más lejos en el tiempo, aunque no menos relevantes, ni Tita Merello ni Rodolfo Bebán aceptaron el convite de la señora.
Hubo también quienes fueron, pero expresaron su enojo en la misma mesa. El caso más relevante es el de la actriz y cantante Cecilia Rosetto, quien cuando Mirtha Legrand le reprochó que insistía demasiado con sus posturas de izquierda, respondió que le parecía lamentable lo que escuchaba. Y no fue más.

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