Rottemberg, después de la polémica carta a Tinelli: "Hay que tener límites"
Carlos Rottemberg volvió a reflexionar acerca de su carta pública sobre la violencia en televisión a propósito del discurso de Tinelli después del cacerolazo en contraposición a la propia violencia que se genera en su programa.
En diálogo con Chiche Gelblung en Radio Mitre, el empresario teatral aclaró:
"Hace catrorce años escribí una carta de lectores sobre el mismo tema; y hace tres años tuve un cortocircuito con mi amiga Mirtha Legrand sobre lo mismo. ¿Qué es lo mismo? Yo que soy un empresario teatral, sostuve siempre lo mismo. La televisión es el medio más masivo e interesante por entrar sin pedir permiso y tiene el riesgo de no saber quién está del otro lado; cosa que no pasa con el teatro. Los contenidos de la tele no son lo mismo que fabricar broches. Se trata de tener cuidado. No todos tuvieron las mismas herramientas culturales que le permitan discernir entender qué es cierto o no de lo que están viendo", empezó argumentandoRottemberg sobre el porqué de su mensaje.
"Los licenciatarios de la tele dicen en privado que no querrían para sus seres queridos ese destino, como por ejemplo estar en Gran Hermano. Los padres ya no te preguntan dónd estudiar sino cómo hacer para que el hijo sea famoso -reflexionó el empresario teatral-. Cuando me enteré, como tantos ciudadanos, de una muerte en Perú por un reality, decidí hacer la carta. En televisión no hay un psiquiatra que constate cómo está alguien que en principio está bajo un juego televisivo o alimentando un morbo de quien está en su casa. Ante la duda o la sospecha de que la cosa pase a a mayores, me parece que los dirigentes, en cualquier orden de la vida, tienen que marcar un terreno y lo que se siente o se piensa", continuó.
"No puede ser que sea motivo de risa que alguien se jacte de no saber en qué continente queda la Argentina; me parece que tenemos que pensar que hay gente que pude tomar ese ejemplo para después decir ¿para qué estudiar? si puedo hacer lo que hace esta persona y me va a ir igual. Pertenecemos a una generación con posibilidades culturales y si escarbamos un poco -y lo hablé con Tinelli- vamos a coincidir en que no hay mala intención. Falta saber cuáles son los límites; todos tenemos contradicciones o cablecitos sueltos", finalizó Rottemberg.
En diálogo con Chiche Gelblung en Radio Mitre, el empresario teatral aclaró:
"Hace catrorce años escribí una carta de lectores sobre el mismo tema; y hace tres años tuve un cortocircuito con mi amiga Mirtha Legrand sobre lo mismo. ¿Qué es lo mismo? Yo que soy un empresario teatral, sostuve siempre lo mismo. La televisión es el medio más masivo e interesante por entrar sin pedir permiso y tiene el riesgo de no saber quién está del otro lado; cosa que no pasa con el teatro. Los contenidos de la tele no son lo mismo que fabricar broches. Se trata de tener cuidado. No todos tuvieron las mismas herramientas culturales que le permitan discernir entender qué es cierto o no de lo que están viendo", empezó argumentandoRottemberg sobre el porqué de su mensaje.
"Los licenciatarios de la tele dicen en privado que no querrían para sus seres queridos ese destino, como por ejemplo estar en Gran Hermano. Los padres ya no te preguntan dónd estudiar sino cómo hacer para que el hijo sea famoso -reflexionó el empresario teatral-. Cuando me enteré, como tantos ciudadanos, de una muerte en Perú por un reality, decidí hacer la carta. En televisión no hay un psiquiatra que constate cómo está alguien que en principio está bajo un juego televisivo o alimentando un morbo de quien está en su casa. Ante la duda o la sospecha de que la cosa pase a a mayores, me parece que los dirigentes, en cualquier orden de la vida, tienen que marcar un terreno y lo que se siente o se piensa", continuó.
"No puede ser que sea motivo de risa que alguien se jacte de no saber en qué continente queda la Argentina; me parece que tenemos que pensar que hay gente que pude tomar ese ejemplo para después decir ¿para qué estudiar? si puedo hacer lo que hace esta persona y me va a ir igual. Pertenecemos a una generación con posibilidades culturales y si escarbamos un poco -y lo hablé con Tinelli- vamos a coincidir en que no hay mala intención. Falta saber cuáles son los límites; todos tenemos contradicciones o cablecitos sueltos", finalizó Rottemberg.
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