2013: el peor año de la tele

Las buenas noticias son pocas a la hora del balance. Pero el fenómeno de Avenida Brasil marca un síntoma importante del que todos los hacedores de tele deberían tomar nota: el público reclama calidad.



Insólitamente, Tinelli no pudo decir "¡Buenas Noches, América!", en estos 12 meses. Desde que se convirtió en un boom imparable en los 90, jamás había faltado. Pero en 2013 el conductor más popular del país no estuvo al aire ni un sólo día.
Algo similar ocurrió con Su, que tras las desprolijidades de su producción, tuvo que hacer un piquete para retomar autoridad (tras la promesa incumplida de tener a Maradona en su living). Y no sólo fue un papelón, sino que además arrastró a la diva hacia Tribunales, aunque la demanda ridícula del 10 luego quedara sin efecto.
Y si esto le ocurrió a las dos figuras más importantes, a los dueños del cariño de los argentinos durante el último cuarto de siglo, ¿que podía esperar el resto?
Esta temporada, la pantalla chica no trajo hits televisivos como Graduados (2012). En cambio, sí, excelentes momentos: con Jorge Lanata alcanzando los 30 puntos e imponiendo la agenda periodística; con Solamente vos en el primer puesto de las telecomedias, apoyado en una dupla muy carismática y con un espacio musical para figuras locales e internacionales; y con Farsantes al tope del podio de las telenovelas: la primera pareja protagónica gay en este rubro despertó un fanatismo inusitado y buenos números. También funcionó muy bien el tándem de los lunes de Telefe, con Tu cara me suena (grandes revelaciones las de Benjamín Amadeo y Laura Esquivel) y Susana Giménez, que le puso el cuerpo a las planillas de Ibope, como la número uno que es, y le encontró la vuelta a la salida de Gasalla con el formato de Mi hombre puede.

Pero como suele ocurrir en estas latitudes, diciembre es un mes catastrófico. Y en medio de los saqueos y los cortes de luz, apareció un aire fresco: Avenida Brasil. Después de siglos, un producto extranjero logró ser lo más visto del día desde su debut. El lunes 30 de diciembre, con asueto administrativo, crisis energética, fin de semana largo, y 40 grados de sensación térmica, la tira brasileña alcanzó un pico de 17.4 puntos. Mientras tanto, la competencia (Cuestión de pesoInfama Implacables) arañaba los 3 puntos.

El fenómeno de Avenida Brasil no sólo llegó para complicarle la existencia a sus rivales, sino que también marca un síntoma importante del que todos los hacedores de tele deberían tomar nota: el público reclama calidad. Y esto se puede ver en otros hitos importante el año. Si bien es cierto que parte de los televidentes cambiaron su forma de consumir los productos (optan por refugiarse en el cable, en el "on demand", o en las descargas de internet), cuando aparecen programas impecables, los consumidores premian con el bendito rating. Y ese numerito es fundamental porque aumenta el costo del segundo publicitario. De eso vive la tele.
No hay que dejar de señalar hechos similares fuera de la TV abierta. Las descargas de Internet posicionaron a tres ciclos en el podio triunfal: Game of Thrones, con 5,9 millones en su tercera temporada, detrás quedó Breaking Bad con 4,2 millones, y The Walking Dead registró 3,6 millones.
Si bien los sub 30 consumen contenidos de otra manera, muchos aún lo hacen tradicionalmente. No hay que echarle la culpa de los bajos números a la tecnología, y para eso llegó Avenida Brasil, para desmitificar ciertas supuestas verdades.
Por eso mismo, el televidente también respondió con mucho interés a temas que calaron muy hondo: la elección del papa Francisco, la coronación deMáxima Zorriegueta, el asesinato de Angeles Rawson, las internas de la familia Maradona, las negociaciones y la vida privada de Tinelli, los saqueos, los cortes de luz y las inundaciones.
Alguien, alguna vez, lanzó la máxima: "Las excusas no se televisan". La culpa de los bajos números no es del televidente, sino de los que deciden contenidos.

Comentarios

Entradas populares